El Palacio Real de Madrid dispone de tres recintos ajardinados: El Campo de Moro, Los Jardines de Sabatini y la Plaza de Oriente. El primero gestionando actualmente por Patrimonio Nacional y los otros dos dependientes del Ayuntamiento de Madrid.
El Campo del Moro
Declarado de interés histórico-artístico en el año 1931, ocupa una superficie de unas 20 hectáreas, que se extienden, de este a oeste, desde la fachada occidental del Palacio Real hasta el Paseo de la Virgen del Puerto. De norte a sur, sus límites quedan configurados por la Cuesta de San Vicente y la Cuesta de la Vega y el Parque de Atenas.
El nombre de Campo del Moro, anterior al objetivo de creación del jardín, se debe a que en el año 1109 caudillo musulmán Alí Ben Yusuf intento reconquistar la ciudad de Madrid a la muerte de Alfonso VI, para lo cual acampo con sus tropas en los que es hoy el Campo del Moro, en la ladera del Manzanares, para poder asaltar desde ese lugar el Alcázar de Madrid.
Felipe II ya pensó construir un jardín en este lugar, pero su diseño tenia un gran problema, por tener que salvar el pronunciado desnivel provocado por el barranco existente entre el palacio y las riberas del río Manzanares. Fue mucho después, en tiempos de Felipe V y Carlos III, cuando se encargaron proyectos a distintos arquitectos: Juan Bautista Sachetti, Francisco Sabatini, Ventura Rodríguez y al jardinero español Esteban Boutelou, cuando finalmente se pudo elegir un proyecto razonable.
Fue elegido el proyecto de Juan de Villanueva. El proyecto conectaba, mediante una gruta artificial, denominada Túnel de Bonaparte, por ser excavada durante el reinado de José I, el Palacio Real, con los jardines de la Casa de Campo, situados al otro lado del río Manzanares. Aún se conservan varios tramos de este pasadizo, localizados en el propio Campo del Moro y bajo el antiguo Camino de Castilla.
Durante la minoría de edad de Isabel II, se encargó un nuevo proyecto a Narciso Pascual y Colomer, arquitecto mayor de palacio. Este arquitecto planeó la construcción de una gran avenida entre el Palacio Real y el Paseo de la Virgen del Puerto, creando un eje central y en base a el se articulan una serie de paseos paralelos y perpendiculares, creando en sus cruces pequeñas plazas.
Este gran paseo es conocido como las Praderas de las Vistas del Sol, siguiendo la dirección este-oeste, comunicando el Palacio Real con la ribera del Manzanares. Con este paseo se conseguía salvar la pendiente y realzar la fachada occidental del edificio.
Todavía se pueden apreciar las fuentes monumentales instaladas:
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Fuente de los Tritones. Fue construida en Italia en el siglo XVI y trasladada a España en 1656, año en el que Felipe IV ordenó instalarla en el Jardín de la Isla de Aranjuez. En 1846 fue colocada en su emplazamiento actual. Labrada en mármol blanco, toma su nombre de las cuatro esculturas de tritones mitológicos situadas en su base.
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Fuente de las Conchas. Se debe a un diseño del último tercio del siglo XVIII, realizado por Ventura Rodríguez. Decoró los jardines del Palacio del Infante don Luis en Boadilla del Monte, hasta su traslado al Campo del Moro en 1845, donde ocupa el centro de la avenida. Fue esculpida por Francisco Gutiérrez Arribas y Manuel Álvarez el Griego. También está hecha en mármol blanco.
Con “La Gloriosa” se pararon las obras que se retomaron en la última década del siglo XIX, durante la regencia de María Cristina, en que procedió a la plantación de más de 9000 árboles, bajo la dirección del jardinero Ramón Oliva, que cambió el proyecto y lo convirtió en un planteamiento romántico.
Posteriormente, el arquitecto y jardinero Enrique Repullés Segarra, construyó, en 1908 varias casas de madera estilo tirolés y realizó la ornamentación de la gruta de Juan de Villanueva. Durante la guerra civil el Campo del Moro sufrió graves daños por estar muy cerca del frente de Madrid.
Actualmente no se trata de un jardín con características homogéneas y combina estilos estilos tan dispares como el formalismo del paseo principal y el naturalismo de los los trazados ideados por Ramón Oliva, las alusiones a modelos rurales con las casas tirolesas ideadas por Repullés y la arquitectura funcional del edificio del Museo de Carruajes, obra del arquitecto Ramón Andrada.
El jardín tiene planta rectangular y tiene su perímetro delimitado por una pared de piedra blanca y ladrillo, en la que descansa una verja de hierro forjado. La parte oriental no dispone de acceso.
Tiene tres entradas, una en la Cuesta de San Vicente, al norte, otra en la Cuesta de la Vega, al sur y la principal en el Paseo de la Virgen del Puerto, al oeste. Las dos primeras puertas, de acceso restringido, están comunicadas entre sí mediante un paseo longitudinal, situado en la parte alta de los jardines, a los pies del Palacio Real. Esta avenida recorre los recintos de la Fuente de los Tritones, de la Estufa Grande o de las Camelias y del Estanque de la Cascada, cuya visita no está permitida al público. La zona más baja del Campo del Moro sí que es de acceso libre, en horarios determinados, a través de la puerta del Paseo de la Virgen del Puerto.
Detalle del dibujo realizado por Antoon Van Den Wijngaerde en 1562, donde se puede contemplar el lugar que hoy ocupa el Campo del Moro, a los pies del desaparecido Alcázar. La fuerte pendiente del terreno fue uno de los principales obstáculos para la construcción de los jardines.
Pintura de Fernando Brambila de principios del siglo XIX, cuando los jardines, en su actual configuración, aún no se habían trazado. Al fondo se aprecia la fachada meridional del Palacio Real.
Tiene tres entradas, una en la Cuesta de San Vicente, al norte, otra en la Cuesta de la Vega, al sur y la principal en el Paseo de la Virgen del Puerto, al oeste. Las dos primeras puertas, de acceso restringido, solo la tercera permite el acceso libre a parte del jardín.
El “Chalet de corcho”, se llama así de forma obvia por estar construido casi íntegramente de este material. Su construcción corresponde a la forma del jardín dirigida por Repullés.
Los jardines están poblados por 70 especies de árboles y algunos ejemplares tienen más de 150 años y además podemos encontrar pavos reales, faisanes, tórtola y palomas. Árboles Singulares: un pino carrasco que sobrepasa los 30 metros de altura, un pino piñonero de 25 metros, un roble de 24, una secuoya roja de 30, y dos tejos de 15.
Las caballerizas del Palacio Real fueron deribadas durante la II República, una vez que estos terrenos fueron expropiados en favor del Ayuntamiento de Madrid. En 1932 se celebró un concurso de ideas para transformar el lugar en un parque público y tres años después comenzaron las obras dirigidas por el arquitecto zaragozano Fernando García Mercadal. La obra se termino en 1949.
Jardines de Sabatini
Están situados frente a la fachada norte del Palacio Real de Madrid, entre la calle de Bailén y la cuesta de San Vicente, en una terraza colgada sobre el Campo del Moro, ocupando una superficie de 2,66 hectáreas.
Fueron construidos en los años 30 del siglo XX tras la proclamación de la Segunda República, en el lugar que ocupaban las caballerizas construidas por el arquitecto italiano Francesco Sabatini junto al Palacio Real. El Gobierno de la República ordenó la incautación de diferentes bienes del Patrimonio Real, entre ellos este, cediéndolo al Ayuntamiento de Madrid para poder levantar un parque público. Se trata de un jardín de estilo neoclásico acorde con el palacio. El jardín se divide en tres terrazas:
- la inferior, marcada por la simetría de los parterres a ambos lados de una gran lámina de agua a modo de espejo con dos surtidores, y enmarcada por cuatro cuadros con sendas fuentes rodeadas por figuras de seto;
- la segunda, que forma un impresionante balcón sobre la primera, en donde se domina la totalidad de la fachada norte del Palacio y que bajo un bosque de pinos se extiende hacia la Cuesta de San Vicente, en donde se encuentra una nueva escalera de doble entrada que salva el desnivel hasta la calle; y la tercera, en una altura superior y al este de la segunda terraza, con un juego de parterres y grandes cedros.
Los Jardines de la Plaza de Oriente
Se pueden disfrutar frente al Palacio Real, ocupando 1,6 hectáreas. Se trata de una plaza rectangular de cabecera curvada, de carácter monumental. Los jardines están conformados por siete parterres, poblados por setos de boj, formas topiarias de cipreses, tejos y magnolias, así como por plantaciones florales, de carácter temporal. En el centro de la plaza se encuentra la estatua ecuestre de Felipe IV, obra fundida por Pietro Tacca en 1640 según cálculos de Galileo Galilei, esta escoltada por gran parte de la colección de estatuas de reyes españoles que tendrían que haber coronado el Palacio Real, conocidas popularmente como los reyes godos.
La idea de realizar una gran plaza junto al Palacio Real se remonta al siglo XVIII, con el proyecto de Juan Bautista Sachetti de situar una zona ajardinada en su parte oriental. Pero fue por iniciativa de José Bonaparte, que quería que sirvieran para resaltar palacio y teatro, que se desarrolló el proyecto. También es posible que el nombre de la plaza se deba a este monarca que pertenecía a la masonería y su obediencia al Gran Oriente de Francia, por lo se habría bautizado así en honor de dicha logia.
Desde entonces han sufrido muchas e importantes reformas, la más completa ha sido la dirigida por Miguel de Oriol en 1997.