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HIMEJI

Castillo de Himeji o Himeji-jō

Se trata de una ciudad localizada en la prefectura de Hyōgo. Tiene un área de 534,27 km² y una población de 535.571. En esta ciudad se encuentra uno de los castillos más espectaculares de Japón, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1993. Se trata de una de las estructuras más antiguas del Japón del periodo de Edo y uno de los 12 castillos originales que aún quedan en Japón. Se trata de un castillo del tipo hirayama-jiro, es decir, un castillo situado sobre una colina rodeada de llanuras y es un ejemplo perfecto de arquitectura de los castillos japoneses.

Se conoce como «la Garza Blanca», referencia al monte Sagiyama (monte de la garza) o al color blanco del yeso exterior, de color blanco, que ademas de ser decorativo es ignífugo. La construcción que vemos en la actualidad es el edificio original, ya que sus muros nunca fueron destruidos por incendios, terremotos o guerras. Durante la Guerra del Pacífico en plena Segunda Guerra Mundial, cayeron varias bombas sobre la torre principal del castillo que milagrosamente no llegaron a explotar, dejando el castillo intacto hasta nuestros días.

Es famoso por su espectacular torre principal o tenshu, por su complicadísimo diseño defensivo lleno de puertas, pasadizos, cuartos secretos, muros y murallas. Todo este diseño, junto con otros elementos defensivos como el laberinto que llevaba hasta la torre principal, pretendían confundir a los invasores en su entrada al castillo y así poder atacarlos con más facilidad y rapidez.

Una particularidad del castillo de Himeji son los 997 sama o agujeros que hay en las murallas y muros de todo el complejo. Estos agujeros servían para disparar flechas o para usar armas de fuego y los hay de cuatro formas diferentes: rectangulares, para el uso de arcos y luego redondos, triangulares y cuadrados, que se utilizaban con armas de fuego. Según la localización de los agujeros, reciben el nombre de tachi-zama (o agujero para estar de pie), i-sama (agujero para estar de rodillas) o ne-sama (agujero para estar tendido en el suelo). También podemos fijarnos en los techos de toda la estructura, con tejas planas y rejas redondas, además de revoque o yeso blanco para cubrir las junturas y que le da a todo el conjunto ese diseño tan característico.

Otro aspecto a tener en cuenta son los amuletos shachihoko. Si nos fijamos en las tejas de los extremos del caballete principal, el de bajada y el esquinero, llamadas tejas del diablo u onigawara, veremos que están decoradas con el emblema de la familia del castillo. De hecho, podemos encontrar hasta ocho emblemas diferentes, que muestran las obras de reparación y construcción que hizo cada señor del castillo en el pasado. Una de los aspectos más importantes a tener en cuenta a la hora de construir un castillo era asegurar una fuente de agua potable. Si la fuente se encontraba fuera del castillo, existía el peligro de que los atacantes se hicieran con ella o la contaminaran. Por ello, era importante disponer de pozos dentro del propio castillo.

En el castillo de Himeji había 33 pozos, de los cuales todavía permanecen 11 de ellos. La profundidad varía según el pozo, habiendo algunos de hasta 20 metros de profundidad. El pozo Ikiku es un ejemplo de estos pozos que mencionamos dentro del recinto del castillo. Tiene 8,8 metros de profundidad y el nivel del agua es de 2,7 metros de profundidad.

Los Jardines Koko-en

Estos jardines fueron construidos en 1992 para celebrar el centenario de la ciudad de Himeji, en el lugar exacto donde se encontraba la residencia Nishi-Oyashiki o residencia del oeste, justo al lado del castillo de Himeji.

Ocupan 3,5 hectáreas de superficie, están formados por nueve jardines tradicionales japoneses distintos, todos del estilo chisen-kaiyu o jardines paisajísticos para pasear, que se diseñaron siguiendo las técnicas de jardinería del periodo de Edo. Son todos diferentes entre sí y están separados por muros de lodo tradicionales llamados tsuiji-bei con tejas tradicionales en el extremo superior y puertas de madera.. El diseño y reparto de espacio de los nueve jardines de Koko-en se basó en la disposición original de las residencias y calles que había en esta zona durante el periodo de Edo. Los distintos jardines están conectados por riachuelos, cascadas y estanques y mantienen siempre el castillo de Himeji como imponente telón de fondo o como precioso paisaje prestado, algo muy japonés.

Iremos pasando y descubriendo los siguientes jardines:

1. Jardín de la residencia del señor

La visita comienza por el jardín de la residencia del señor, el mayor de los nueve jardines de Koko-en, que cuenta además con un gran estanque en el que viven unas 250 carpas. Desde aquí, podemos cruzar el pasadizo tradicional techado con suelo de ciprés japonés que nos ofrece vistas preciosas del estanque. Se dice que el ruido de los pasos sobre el ciprés recuerda a los japoneses al sonido del taiko o tambor tradicional. Al final del pasadizo techado llegaremos a la casa de huéspedes Cho-on-sai desde donde hay una de las mejores vistas del estanque y la cascada.

2. Jardín Nae-no-niwa

El siguiente jardín que visitaremos es el jardín de las semillas o Nae-no-niwa. Como su nombre indica, aquí encontraremos un espacio en el que se plantan semillas de plantas típicas del periodo de Edo.

3. Jardín de ceremonia del té

Este jardín fue creado para disfrutar de una auténtica ceremonia del té japonesa. Es por ello que aquí encontramos la casa de té Souju-an, una estructura de estilo sukiya-zukuri que fue diseñada y su construcción supervisada por el 15º Gran Maestro de té de la escuela Urasenke, Sen Soshitsu.

4. Jardín del arroyo

El jardín del arroyo es un jardín de estilo rural con un diseño natural, por el que pasear es todo un lujo. Justo en la entrada encontramos una pequeña glorieta de madera de estilo tradicional en la que podemos relajarnos y disfrutar de las vistas. Eso sí, hay que descalzarse para poder entrar.

5. Jardín de los árboles de verano

El siguiente jardín es el jardín de los árboles de verano, en el que podemos disfrutar de un intenso verde en los meses más calurosos y de preciosos marrones, amarillos y rojos en otoño.

6. Jardín de los pinos

El jardín de los pinos pretende mostrar cómo es un típico bosque de pino rojo de la región del mar Interior de Seto. Además, en verano podemos ver en las orillas del riachuelo pequeñas orquídeas terrestres de garza, flor oficial y símbolo de la ciudad de Himeji.

7. Jardín de las flores

Aquí encontramos decenas de flores típicas del periodo de Edo: magnolias y arces nikko, hortensias, carpes japoneses, andromedas japonesas, guillomos asiáticos, flores de nieve chinas, daphne odora, membrillos de flor, los pétalos de China, camelias japonesas, azaleas, rosales y forsitias suspensa en la zona exterior. En la zona central, alrededor de la glorieta de madera tradicional Karyu-tei, encontramos también granados, hibiscos y calicantos del Japón.

8. Jardín de la colina y el estanque

Típico jardín paisajístico tradicional japonés, con un estanque y una glorieta de madera tradicional llamada Rinsen-tei. En la zona norte del estanque podemos ver una roca con forma de tortuga, mientras que en la zona sur podemos ver una roca con forma de garza. En el jardín también podemos encontrar tres lámparas tradicionales de piedra y muchas flores como andromedas, camelias, dodan-tsutsuji, calicantos del Japón, gardenias, magnolias y flores de ciruelo o ume.

9. Jardín del bambú

Es el último jardín y en el que podemos ver una gran variedad de bambúes de diferentes tipos. Asimismo, también hay dos lámparas tradicionales de piedra y un río de piedras que nos lleva hasta la glorieta tradicional de madera Monchiku-tei, además de un pozo tradicional en uno de los extremos.