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Campillo, Monesterio y ¿Miaccum?

En 1594 Felipe II ordena la despoblación de Campillo y Monesterio y sus terrenos pasaron a formar parte del Real Bosque de El Escorial. Su hijo, Felipe III, levantará posteriormente una casa de oficios que es el actual palacio abandonado. Se edificó entre los años 1611 y 1613 por el arquitecto real, Juan Gómez de Mora, conservándose sus planos en la Biblioteca Vaticana. Con la desamortización de Madoz, estas fincas son declaradas nacionales y se dispone su venta, pasando a manos privadas. Desde entonces han sido utilizadas como cotos de caza y dehesas ganaderas.

En este paseo por el entorno de El Escorial descubriremos y pisaremos los últimos territorios que Felipe II incluyó dentro del gran territorio que rodeaba el monasterio de San Lorenzo, es decir, Campillo y Monesterio. La ruta puede iniciarse en diversos puntos: en el propio monasterio, en la estación de tren de El Escorial, en la M600, o bien hacerla en sentido contrario e iniciarla en el puente de El Herreño. En este caso se parte de la rotonda que hay frente al hospital de El Escorial, por ser un punto un poco más difícil de identificar. Por el camino que se inicia en este enclave disfrutaremos de unos parajes serranos que en primavera nos ofrecen una vegetación exuberante, con las montañas del Parque Nacional todavía nevadas al fondo, lo que hace que sea un paseo muy agradable, ya que no tiene ninguna dificultad en cuanto a la orografía del terreno. Posteriormente bordearemos el cámping de El Escorial y llegaremos a la finca de El Campillo, una propiedad privada que facilita el derecho de paso a los caminantes y nos ruega que no nos salgamos del camino. Podemos contemplar su casa fortaleza, anterior a Isabel la Católica, la ermita, la fuente y su zona ajardinada. Unos 9 kilómetros si solo recorremos el trayecto de ida o el doble si hacemos ida y vuelta. Es recomendable dejar un coche en el puente de El Herreño o comprobar los horarios de autobuses.

Continuando el camino entre las dehesas, llegaremos a Monesterio, donde encontramos otro monumento impresionante, la antigua Casa de Oficios, que pertenecía originariamente al núcleo de Monesterio del Campillo. De estilo herreriano, actualmente se encuentra en ruinas aunque podemos recrearnos observando el perfil de sus chimeneas cilíndricas de granito, hoy coronadas con los impresionante nidos de cigüeñas. En el portón exento de entrada podremos admirar un bello arco de medio punto. Este lugar fue muy utilizado como área de descanso en el viaje de la Corte hacia el Real Sitio, también en los desplazamientos hacia el palacio de la Granja de San Ildefonso. Cruzaremos después el arroyo Guantel y el río Guadarrama, con sus respecitivos puentes, desde donde observaremos las pequeñas represas del siglo XVII, construidas por Juan Gómez de Mora entre 1611 y 1613, que servían para abastecer a los núcleos del monasterio,

Al final de la ruta podemos contemplar la bellísima obra pontonera conocida como puente del Herreño sobre el río Guadarrama, reconstruida hacia 1.784, como parte de las realizaciones llevadas a cabo con motivo de la construcción del Camino Real de Madrid a Castilla la Vieja por Carlos III. Se trata de un puente de tres tramos formados por bóvedas de arco escarzano, ya en la carretera de Guadarrama a Galapagar, cuya contemplación supondrá el epílogo de esta ruta.

MIACCUM

Frente a Monesterio podemos imaginar 12 hectáreas de terreno ocupadas por una gran ciudad romana, Miaccum. Tal como Jesús Rodríguez Morales, experto en calzadas romanas, viene postulando se trata de un lugar documentado en el itinerario Antonino en la ruta 24 y no la Posada de El Beneficio en Collado Mediano.

Otro arqueólogo, Carlos Caballero, llevó a cabo investigaciones en este enclave y descubrió una habitación calefactada, confirmando la época del yacimiento, siglo I al siglo IV d.C. Su gran extensión, unas 12 hectáreas, convertiría el lugar en el asentamiento romano más grande de la Comunidad de Madrid. En 2011, Lourdes López y Jesús Martín volvieron a excavar en la finca a lo largo de una línea eléctrica. Descubrieron restos romanos en todos los puntos excavados.

En el cercano Cerro de Asunción, en Las Zorreras, se conocía que había existido un importante asentamiento carpetano. En el lugar se encontraron restos de cabañas y almacenes de trigo además de cerámica, molinos, un broche con decoración celtibérica y una moneda de bronce de Cástulo (Linares). La cercanía del yacimiento romano no es casual; cuando llegaban los romanos trasladaban a la población indígena desde los cerros defensivos a los llanos colindantes.